fuente: hommodolars.org
Haciendo brillar las estrellas con nuestra solidaridad.
La noticia corrió rápido y (como siempre ha tenido que ser) el aislamiento no fue un problema. Un llamamiento de solidaridad directa con 3 prisioneros políticos, los imputados del caso security.
Ante la noticia de que los compañeros además se encontraban en huelga de hambre mi respuesta ante dicha situación fue inmediata; “yo también me voy a huelga”, con asombro y preocupación lxs compañerxs que me informaban de la situación me advertirían que no fuera tan loquito, que pensara bien las cosas, con más calma, acaso ¿estaba preparado para una huelga de hambre?, en mis condiciones una medida de esa naturaleza podría ser letal, porque podría perder todo lo que he ganado en cuanto a mi salud, y es verdad…
¿Que podía hacer? Mandar palabras de aliento sin una acción real de solidaridad nunca ha sido mi estilo ¿que importancia puede tener un comunicado cuando carece de lo más importante? Y aquí quiero ser enfatico, lo más importante es demostrarle a los compañeros que estamos con ellos, que cuando ellos pasan hambre dentro de la prisión repercute en nuestras vidas, en esta realidad, en esta falsa paz social, en nuestro cotidiano vivir y en su maldita normalidad burguesa que los tiene prisioneros, y que eso no puede pasar desapercibido, porque para los compañeros nada de esto pasa por alto, ni la prisión, ni el hambre, ni el modulo de alta seguridad, ni el aislamiento, ni el hambre, ni las torturas cotidianas de parte de sus verdugos, ni el hambre, ni los malos tratos, ni el hambre, ni la vigilancia extrema, ni el hostigamiento, ni el hambre, no la humedad de esos oscuros pasillos, ni la violencia, ni el hambre, ni la falta de privacidad, no los grilletes, ni el hambre, ni los allanamientos, ni las amenazas, ni el hambre, ni la mugre, ni la crueldad, ni el hambre, ni la persecución, ni la mierda, ni el hambre, ni el hambre, ni el hambre, ni el hambre…
Entonces, ¿que vamos a hacer compañerxs mixs? ¿esperaremos que la situación no de para más? ¿por que pensamos que una situación así puede dar para mas?¿vamos a reaccionar sólo cuando los compañeros estén en riesgo vital porque uno simplemente no es tán importante o puede esperar? ¿desde cuando una huelga de hambre en prision puede esperar?. Independiente de que sepamos cuando finalizará y que dentro de nuestras cuadraditas cabezas saquemos las cuentas para autoengañarnos sabiendo que los compañerxs no morirán de hambre en esta ocasión y que por lo tanto no tiene por que ser una prioridad, hay algo que se llama hermandad que la palabra compañero no suene tan vacía como muchas ocasiones sucede. Lo sabemos bien, primero las vacaciones, la playa, la familia, lxs amigxs, el carrete ¿te sobro tiempo? Entonces voy a la marcha que organizaron por los compañeros ¡NO! Esa no es la guerra social de la que yo hablo, la guerra social de la que yo hablo no está presente una vez a la semana en un calendario o en una agenda, porque que pasaría si por ejemplo la gente que anda clandestina tomará esa actitud? Seguro lxs hubiesen atrapadxs hace bastante rato ya, o ¿sí las personas que asisten a los compañerxs dentro de la prisión optará por posiciones similares? Seguro que en tal caso muchxs escogerían la muerte. Porque este tipo de conciencia mediocre, no es nada mas ni nada menos, que una moda rebelde que pasará, que será transitoria, la guerra social de la que hablo yo, esta presente las 24 horas del día los 7 días de la semana, sin vacaciones, sin tregua, sin paradas para recuperar energias y los compañeros hoy en huelga de hambre, forman parte de ese reducido puñado de personas que asumen las consecuencias de la guerra social en forma cotidiana ¿es necesario repetirlo?
Por lo tanto, debemos saber estar a la altura de las circunstancias, y en lo personal me avergonzaría de mirar a la cara a lxs compañerxs que decidieron complicar sus vidas hasta el punto de no tener retorno a la “vida normal” que ofrece esta realidad y que afilaron su discurso y praxis bajo los mismos miramientos que yo. Por mi lado desde el día de hoy, martes 21 de febrero del presente y a un año de iniciada la movilización de lxs compañerxs del montaje caso bombas con carácter de huelga de hambre, dejare de ingerir 1 de los 3 alimentos diarios, optando por comer el almuerzo y la cena, privándome del desayuno hasta que termine la movilización. Se que los ayunos solidarios no son en absoluto una acción espectacular, pero deseo expresar que de casi las 20 horas que paso sin comer, desde la cena (17:00 hrs) hasta el almuerzo del otro día (12:00hrs.) los compañeros en huelga de hambre están conmigo y yo con ellos. Al Freddy lo invito a que nos juntemos en alguna actividad que se realice esta semana, al Marcelo le canto desde un centro de exterminio y aislamiento y al Juan le mando un abrazo de esos apretados que me mandaba desde su imposibilidad física propia de la cárcel. También quiero que sepan lo fácil que sería para mí no dejar de comer, escudándome en mi delicada salud, excusas siempre sobran, pero quiero que esto sea un tirón de orejas a todxs lxs combatientes, si yo que me encuentro en una situación realmente extrema soy capaz de solidarizar de alguna forma, lxs compañerxs del otro lado del muro no tienen ningún tipo de justificación para no dejar hasta la última gota en la calle.
Hagamos que los compañeros sientan nuestro cariño, respeto, amor y solidaridad con todo nuestro arrojo; que estos días sirvan para que los compañeros recarguen su moral, que sientan que no está solos, que cuando les gritemos “¡FUERZA COMPAÑEROS!” no sean palabras vacías.
¡¡HAGAMOS BRILLAS LAS ESTRELLAS CON NUESTRA SOLIDARIDAD!!
¡¡HABLEMOS EL MISMO IDIOMA!!
¡¡GUERRA SOCIAL.!!
Luciano Pitronello Sch.
Preso Politico Insurrecionalista
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Comunicado di Luciano in solidarietà con Marcelo, Freddy e Juan
Facendo splendere le stelle con la nostra solidarietà
La notizia s’è sparsa subito (come sempre deve accadere), l’isolamento non è stato un problema. Un appello alla solidarietà diretta con 3 prigionieri politici, gli imputati del caso security.
Dinanzi alla notizia che, inoltre, i compagni erano in sciopero della fame, la mia risposta è stata immediata: “anch’io sciopero”, con timore e preoccupazione dei compagni che mi ammonivano di non esser così folle, che ci pensassi bene, con maggior calma. Ero forse preparato per affrontare uno sciopero della fame? Nelle mie condizioni una iniziativa di questo genere potrebbe essere letale, perché potrei perdere tutta la saluto che ho recuperato, ed è vero…
Cosa potevo fare? Inviare parole di incoraggiamento senza una reale azione di solidarietà non fa parte del mio stile, che importanza può avere un comunicato quando manca dell’aspetto più importante? E voglio esser enfatico, la cosa più importante è dimostrare ai compagni che siamo con essi, che quando soffrono la fame all’interno di una prigione il tutto si ripercuote sulle nostre vite, in questa realtà, in questa falsa pace sociale, nel nostro vissuto quotidiano e nella maledetta normalità borghese che li tiene prigionieri. Questo non può passare in modo inavvertito, perché i compagni non trascurano nulla di tutto ciò, né il carcere, né la fame, né la sezione di alta sicurezza, né l’isolamento, né la fame, né le torture quotidiane da parte dei carcerieri, né la fame, né le vessazioni, né la fame, né la sorveglianza estrema, né la persecuzione, né la fame, né l’umidità in quegli oscuri corridoi, né la violenza, né la violenza, né la fame, né la mancanza di privacy, né i ceppi, né la fame, né le perquisizioni, né le minacce, né la fame, né la sporcizia, né la crudeltà, né la fame, né la persecuzione, né la merda, né la fame, né la fame, né la fame, né la fame…
Allora, cosa faremo miei compagni? Attenderemo che la situazione divenga insopportabile? Forse pensiamo che una situazione come quella attuale sia sopportabile? Reagiremo solo quando i compagni saranno in pericolo di vita, perché adesso non è così importante e si può attendere? Da quando uno sciopero della fame in prigione può attendere? A prescindere dal fatto che sappiamo quando terminerà e che all’interno delle nostre menti quadrate ci facciamo i conti per autoingannarci sapendo che i compagni non morranno di fame in quest’occasione e che, pertanto, non è una priorità, c’è qualcosa che si chiama fratellanza, in modo che il termine compagno non sia vacuo come spesso accade. Lo sappiamo molto bene, prima le vacanze, il mare, la famiglia, gli amici, il carretto. T’avanza tempo? Allora vado al corteo organizzato per i compagni. NO! Questa non è la guerra sociale della quale parlo, la guerra sociale della quale parlo non è presente una volta la settimana nel calendario o nell’agenda. Che accadrebbe, per esempio, se i latitanti si comportassero così? Certo, sarebbero già stati acciuffati. E se le persone che appoggiano i compagni prigionieri scegliessero di agire in questo modo? Magari molti reclusi sceglierebbero la morte. Perché questo tipo di mediocre coscienza non è nient’altro che una moda ribelle che passerà, che sarà transitoria. La guerra sociale, quella di cui parlo, è presente 24 ore su 24, tutti i sette giorni della settimana, senza vacanze, senza tregua, senza soste per recuperare energie ed i compagni attualmente in sciopero della fame fanno parte di quel pugno ridotto di persone che assumono su di sé le conseguenze della guerra sociale in maniera quotidiana. Bisogna ripeterlo?
Quindi, dobbiamo essere all’altezza delle circostanze. A livello personale mi vergognerei di guardare in faccia i compagni che hanno deciso di complicare la loro esistenza fino al punto da non far ritorno alla “vita normale” offerta da questa realtà e che hanno affinato il pensiero e la prassi sotto i miei stessi sguardi. Da parte mia, a partire da oggi, martedì 21 febbraio, e ad un anno dall’inizio della mobilitazione dei compagni e delle compagne della montatura caso bombas, con uno sciopero della fame, smetterò di ingerire 1 dei 3 alimenti quotidiani, scegliendo di mangiare il pranzo e la cena e privandomi della colazione fino a che terminerà la mobilitazione. So che gli scioperi della fame solidali non sono in assoluto un’azione spettacolare, ma voglio esprimere che durante la quasi 20 ore che trascorrerò senza ingerire cibo, dalla cena alle 17 fino al pranzo del giorno successivo alle 12, i compagni in sciopero della fame saranno con me ed io con essi. A Freddy lo invito ad unirci in qualche attività che si svolge durante questa settimana, a Marcelo dedico una canzone da un centro di sterminio e d’isolamento, ed a Juan invio un abbraccio di quelli forti forti che lui mi inviava dall’impossibilità fisica del carcere. Voglio anche che sappiate quanto sia facile per me non smettere di mangiare, proteggendomi sulla mia salute delicata, di scuse ne avanzano; ma voglio che questo scritto sia come una sorta di tirata d’orecchie a tutti i combattenti. Se io che mi trovo in una situazione realmente estrema sono capace di solidarizzare in qualche maniera, i compagni e le compagne dall’altro lato del muro non hanno alcun tipo di giustificazione per non attivarsi.
Facciamo sì che i compagni sentano affetto, rispetto, amore e solidarietà con tutto il nostro slancio; che questi giorni servano affinché i compagni possano ricaricare il loro morale, che sentano che non sono soli, che quando gridiamo: “FORZA COMPAGNI!” non si tratti solo di vuote parole.
FACCIAMO SPLENDERE LE STELLE CON LA NOSTRA SOLIDARIETA’!!
PARLIAMO LA STESSA LINGUA!!
GUERRA SOCIALE!!
Luciano Pitronello Sch.
Prigioniero Politico Insurrezionalista