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Ya han transcurrido seis meses del secuestro que viven algunxs de nuestrxs compañerxs por parte del Estado Chileno. Definitivamente estos han sido tiempos duros para muchxs, y por lo mismo, pensamos que este no puede seguir siendo un tiempo de letargo, sino que ante todo, uno para continuar en el aporte trascendental a la lucha. En consecuencia, reconocemos que ha pasado mucha agua bajo el puente, de que los únicos responsables de que el tiempo pasara y no hayamos sido capaces de escribir estas líneas (por ejemplo) antes somos nosotrxs mismxs. Pues asumimos el error y presentamos a continuación lo que creemos, es una autocrítica particular que les puede ser de utilidad a tantxs otrxs compañerxs, con el único fin de revitalizar las calles con la lucha antiautoritaria.
El Golpe, entre la disuasión y la persuasión: un solo fin.
Ya todos sabemos, tanto por las pruebas falsas como ridículas, que la finalidad de esta estrategia del Poder no ha sido simplemente ejecutar el encarcelamiento de quienes ellxs acusan con esas absurdas pruebas de haber participado en la colocación de artefactos explosivos; sino que el verdadero propósito ha sido promover un escarmiento a través de un mensaje público que pretende reivindicar qué tan poderoso puede llegar a ser el Estado -que incluso es capaz de sobrepasar sus propias leyes- es cierto que del Estado nada podemos esperar, pero se hace cada vez más necesario entender la manera en que éste mueve sus piezas de ajedrez para salvaguardar sus intereses.
Pues si reconocemos que la verdadera intencionalidad del Estado a la hora de secuestrar a nuestrxs hermanxs fue la de hacer propaganda de su poderío, es importante entonces ser aún más agudos y observar cómo con esto logran persuadir a la población en general (ciudadanxs) para que continúen en paz con su enajenación, creyendo que todo está bien y vendiéndoles de esta forma una falsa seguridad a costa de sus propias vidas. Pero atención, que esta jugada además cumple también con el propósito de disuadir a quienes luchan para que no continúen con su ofensiva declarada, ya que de lo contrario, las consecuencias están a la vista e incluso podrían ser peores.
Es por lo tanto a través de un modelo ejemplificador -que es en lo que el Estado quiso convertir al proceso en contra de nuestrxs compañerxs- como el poder pretendió acallar una lucha que se veía venir en ascenso. La lucha anarquista y antiautoritaria lamentablemente cedió -o por lo menos eso creemos nosotrxs- a tal presión, cayendo en un profundo estancamiento que no hemos sido capaces de sortear hasta el día de hoy.
Somos lo que hacemos (y hemos hecho orgullosamente).
Una de las primeras y quizás más fuertes falencias que podemos distinguir, es que de alguna manera ideas tan profundas y cuyo desarrollo tardó en desarrollarse, producto de análisis y procesos históricos, desde el momento que cayó la guillotina de la represión quedaron en el olvido, o por lo menos ya no fueron un pilar fundamental en los pocos escritos públicos que hemos tenido la oportunidad de leer, escritos que por lo demás alimentan y nutren el desarrollo de la lucha. Nos referimos a ideas como las de “afinidad” o “informalidad”, que claramente son atacadas por la fiscalía en el proceso contra los compañerxs detenidxs. No somos capaces de saber a ciencia cierta el por qué ya no se habla de conceptos que nunca serán inmóviles, y que por el contrario, se reconstruyen constantemente a través de las vivencias, pero esto quizás (y sólo quizás) tenga relación con ese miedo que ha intentado engendrar en todxs nosotrxs el poder, miedo del que reflexionamos (y enfrentamos) hoy con lo que exponemos en este sencillo escrito.
Si pensamos tan sólo en una idea/acción de las que más arriba enunciábamos, podemos decir que para nosotros la afinidad supera cualquier lógica simplemente conceptual y está lejos de poder ser entendida por aquellxs que nunca la han experimentado, por aquellxs que siempre han vividos en el interior de relaciones sociales autoritarias donde los roles son totalmente definidos y las libertades se reducen a la obediencia. Por nosotrxs la afinidad es entendida como una relación social antiautoritaria escogida libremente, sin roles, es decir sin jefes ni peones, es una forma de acercarnos ahora al mundo que queremos construir y alejarnos del que estamos destruyendo. Es por lo tanto una verdadera falacia que nuestrxs compañerxs estén acusadxs por formar una asociación ilícita con una estructura piramidal cuando las relaciones de afinidad son escogidas horizontalmente, e incluso aún más ridículo es esto al saber que varixs de ellxs ni siquiera se conocían.
Además de la afinidad, el silencio se ha apoderado de tantas otras ideas desarrolladas en tertulias, discusiones y escritos, conceptos que vale la pena continuar reivindicando (nunca de forma ortodoxa). Ahora bien, si alguna de aquellas ideas ya no te acompañan será para todxs nutritivo que expreses el porqué, así y solo así, la batalla continúa alimentándose y no ocurre lo que históricamente la autoridad ha querido hacer con nuestra forma de ver el mundo, acallarla o aún peor hacer que nosotrxs mismxs la acallemos y reneguemos de lo que con fuerza hemos construido.
En la lucha por la Liberación Total nadie puede estar solx
Es también posible que este silencio que nosotrxs advertimos en las calles sea producto de otra gran adversidad que fuimos capaces de prever pero que al momento de la verdad la realidad consumió nuestras buenas intensiones. Muchas veces quienes somxs responsables de escribir este texto presenciamos profundas conversaciones que hacían avizorar un gran temor respecto de una posible encarcelación grupal de compañerxs, y cómo esta provocaría que toda las energías se volcaran sobre la urgente libertad de estxs, despreocupándonos así de tantas otras tareas que la lucha requiere. Lo que intentamos manifestar no es dejar a un lado la angustiante situación de tener compañerxs presxs, ya lo dijo alguien en otras tierras, olvidarnos de lxs presxs es olvidarnos de la guerra y viceversa. Aún mayor es la obligación que tenemos de hacernos cargo de nuestros propósitos e integrar en la lucha por la liberación total el secuestro de nuestros camaradas, y he aquí lo que más nos quita el sueño hoy, ya que les aseguramos que esto es precisamente lo que nuestros hermanxs ahí encerradxs esperan de todxs nosotrxs.
Pues en definitiva la lucha continúa y es la agudización de esta la que hará caer los barrotes de todas las prisiones.
Pero, ¿qué ocurre cuando en la lucha suceden golpes tan fuertes como este y provocan que nuestra mirada comience a achicarse y que de alguna manera vayamos separando una a una las situaciones? Nuestra lucha es por la Liberación Total, y obviamente, en ella están presentes quienes desde las calles se arrojan a esta como quienes desde la cárcel están pagando los costos que el Poder ha impuesto a esta hermosa forma que tenemos de mirar la realidad. Sentimos que en momentos como estos tenemos que aprender a valorar experiencias a las que quizás no estábamos acostumbradxs, ya que la situación de nuestrxs compañerxs nos exige poder estar presentes de las más diversas formas que podamos. No creemos que la soberbia con la que algunos se refieren a espacios de solidaridad sea una buena opción, más aún cuando la crítica es desinformada y se construye a partir de un lenguaje lleno de lugares comunes en la verborrea reivindicativa. Sentimos que toda acción que deliberadamente apunte a que nuestros compañerxs pisen nuevamente las calles es necesaria, sin despreocuparnos jamás de su realidad carcelaria.
Es preciso asumir también nuestra “inexperiencia” en situaciones específicas de la lucha anticarcelaria. Sabemos que algunos esfuerzos se intentaron hacer, sobretodo en pos de aprender y conocer experiencias pasadas o de otras latitudes, pero cuando nos enfrentamos cara a cara con la bestia carcelaria que iba degustando los cuerpos y las mentes de nuestrxs compañerxs, entonces ahí vimos que algo nos faltó. Es difícil asumir la cárcel cuando no la vivimos en el cotidiano, pero por lo mismo sentimos que es tarea primordial no dejar de mirarla, si como ya nos hemos dado cuenta, puede estar a la vuelta de la esquina. Si la cárcel es una posibilidad real en tanto consecuencia de la lucha entonces nuestra preparación y prevención en su enfrentamiento debe estar igualmente afinado. Sólo así nuestro actuar y decir será más certero y no tan impreciso como hemos podido ver que a veces ocurre. Todo esto visto desde una mirada específica, ya que concordamos con muchxs en que la cárcel es una representación física (y mental si extendemos el concepto) del control y el poderío autoritario y en consecuencia un principal foco de nuestra enemistad.
Porque este Golpe, como decíamos más arriba, no sólo fue dirigido contra las personas que hoy se encuentran enjauladas, sino que ante todo buscó acallar la extensión y multiplicación de una idea/acción. ¿Tan frágil es nuestra memoria que ya no recordamos las diversas instancias construidas en espacios de difusión de nuestras ideas? ¿Qué ocurrió con ello? ¿Dónde están los aprendizajes? (sabemos que aún se insiste con esto en algunos pocos espacios, saludamos a esxs compañerxs y esperamos que no vean esta autocrítica de forma injusta) ¿Dónde quedó? ¿Dónde quedamos? La informalidad no es exclusivamente una táctica operativa diseñada para el ataque, es también un soporte de nuestras relaciones y actividades concretas en pos del contagio de nuestras ideas/prácticas, por ello se fueron levantando con el tiempo una serie de instancias que aportaron indudablemente al crecimiento de muchxs individuxs en su afinamiento y afilamiento de ideas/prácticas. Instancias que hoy necesariamente tenemos que defender, y no sólo de las garras del poder, sino que ante todo de nuestra propia amnesia y temor. Si alguien cree que se equivocó, entonces también que lo diga. Nosotrxs continuamos orgullosxs de lo que somos y hemos sido, entendiendo que es urgente parar, mirar sobre el hombro y repasar lo que hemos hecho, lo que perdimos y lo que debemos imperiosamente retomar.
En nuestra forma de ver las cosas, asumimos que la lucha necesita de los más variados ingredientes, por cierto que el Poder siempre intentará ilegalizar todo lo que hagamos, y lo hace precisamente porque nuestra voluntad es sobrepasar esa legalidad establecida por el control social. Ahora bien, cuando hablamos de prácticas ilegalizadas no debemos reducir nuestra mirada, hoy el Poder apunta a destruir (a partir de su ilegalización) hasta lo más profundo de nuestras relaciones, de allí entonces que nuestra moral tenga que fortalecerse lo que más pueda. Con el fin de entender con claridad la necesidad de difundir públicamente la lucha. E insistimos con ello, la difusión de la idea/forma de vida/acción no pasa por una u otra forma de actuar, sino que depende únicamente de nuestra voluntad, compromiso y arrojo en la lucha. Nuestro ataque debe ser permanente, y de la misma forma, nuestra necesidad de construir los espacios apropiados para difundir lo que somos también debe ser una prioridad. La lucha debe difundirse, y nuestra responsabilidad es defender y proteger las formas en que lo hacemos, que es en sí misma una forma más de ataque, contagio y multiplicación. Si son espacios determinados entonces debemos aprender aún más de la coherencia con nuestros propios objetivos y asumir desde allí cuáles son nuestros motivos en la lucha y cuáles son las consecuencias que esta misma nos puede deparar. Si no estamos dispuestos a hacerlo entonces nada hemos aprendido en este último tiempo.
No nos olvidamos de nuestros compañerxs secuestrados y entendemos que la solidaridad es la herramienta más eficaz que poseemos lxs explotadxs para defendernos del poderío autoritario, pero tampoco caemos en el juego al que nos quiere someter el Estado, reduciéndonos nada más que a la lucha contra las cárceles y haciéndonos predecibles, por el contrario, incentivamos las diferentes luchas y formas de lucha pues cada acción es un ladrillo menos de la celda de todx prisionerx.
Un saludo fraterno para todxs aquellxs que grupal o individualmente solidarizan por la libertad inmediata de lxs hermanxs en prisión, para todxs aquellxs que de forma pública o silenciosa hacen de la lucha un ente vivo que se defiende de las trampas que le intentan poner. Un compañero encarcelado ya se pronunció certeramente en este sentido:
“A lxs que abandonan la lucha, se traicionan, a lxs que le dan la espalda a un/a compañerx, se traicionan. A lxs que dejan que la cobardía y la comodidad inunden sus neuronas, se traicionan y nos traicionan, se igualan al despreciable televisado delator y ya no podrán mirarnos de frente sin bajar su cabeza, por que tienen claro que se esfumaron sin pelear, que su rebeldía no era más que un parche mal cosido en su roñosa ropa, solo estética vacía y pomposa palabrería”
– El Abuelo, enfermo de Anarquía.
Salud para todxs ustedes
La lucha continúa
Libertad inmediata para lxs presxs del 14 de agosto
Destrucción de todas las cárceles