Culmine publica con agrado este valioso asesoramiento técnico que nos
ha sido ofrecido por un querido veterano saboteador. Muchas veces nos
hacemos desinformar por reconstrucciones ridículas y
tendenciosas que nos vienen proporcionadas por los analistas de las
luchas armadas, olvidandonos que están en la cuenta de los
servicios, que tienen todo el interés en instigar la sociedad
civil en contra de lxs compañerxs que optan por atacar al
Estado y al Capital.
En relación a la detención del anarquista mexicano Adrián,
uno de esos analistas escribió: “Descarrilar un tren, una
pésima idea”. Ahora, la versión del
descarrilamiento es aquella que nos fue proporcionada por la policía.
Pero dicha versión salió afuera tan sólo ocho
días después de la detención del compañero,
o sea han tenido la necesidad de bastante tiempo para construir una
acusación.
Nosotros no tenemos la versión de Adrián, que está bajo
un estricto aislamiento en el Reclusorio Norte de la Ciudad de
México, pero consideramos poco creíble la versión
facilitada por la policía y aceptada por periodistas y
analistas.
El consejo del compañero, veterano saboteador, nos llego justo
de propósito. Ahora, podemos decir con certeza que no se trató
de un intento de descarrilamiento. Así, quedan en pié
dos escenarios: o un incauto transporte del artefacto en el metro o
una acción demostrativa que fracasó en su intento. En
ambos casos, Culmine expresa toda su solidaridad con el compañero
anarquista Adrián. Ya habrá tiempo para discutir sobre
los “ajenos”, por ahora nos interesa que el compañero
no sea aislado.
Sabemos, sin embargo, que muchos abogados del movimiento se niegan a defender
a los saboteadores anarquistas mexicanos, por considerarlos vándalos
o terroristas.
Además, Adrián declaró de pertenecer al FLA de México.
Bueno, hasta ahora ningún colectivo animalista internacional
se ha expresado en su solidaridad. Miedo por una acusación
infamante?
Libertad para Adrián González Magdaleno!
Culmine
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Sobre descarrilamientos y estupideces…*
Es obvia la desinformación puramente propagandística y
difamatoria en el caso de Adrián, también por el hecho
de que algunas latas de gas butano ni siquiera le hacen las
cosquillas a un tren o a unas vías. Sólo para darle un
pliegue a una vía (tal vez capaz de procurar un
descarrilamiento), sirven al menos unos cientos de gramos de
explosivos de alto potencial (en que el acoplamiento con el gas no
tiene ningún sentido técnico) y si nosotros ponemos (el
calcúlo será subestimado) que la superficie del corte
de una vía es de 50 cm ², para cizallarla, el cálculo
se hace fácilmente (25 gramos de explosivos de tipo militar
por cada cm ²), que toma alrededor de 1,250 kilogramos de
explosivos de alto potencial (militar).
Si, luego, se calcula que, por ejemplo, la dinamita comercial es más
débil y con la pólvora negra (la cual debe ser
cuidadosamente direccionada a través de un envase de material
estable, como una placa gruesa ya que adentro de una “lata”
simplemente no haría otra cosa que una llamarada que ni
cosquillas le hace a una varilla de 8 mm) para calcular hay que
multiplicar por 6 veces para lograr el mismo efecto a nivel de
destrozo, o sea por lo menos 6 o 7 kilos de pólvora negra,
pues es claro desde ya la desinformación de los “datos”
del “articulo”.
La hipótesis de que se usara contra las vías (implícita,
en caso de chismes sobre el “descarrilamiento”) no hubiera
hecho detener ni por un momento el tráfico. Si fuera cierto la
“noticia” del “humo en el tren” aun estaríamos
frente a un fulminante de fabricación torpe y adelantada.
Además, no es casualidad que una de las “reglas” de
la guerrilla urbana es la de evitar lo más rígidamente
posible el transporte de artefactos y/o explosivos en los medios
públicos de masa por el peligro potencial muy grande para la
gente “ajena a los hechos”, peligro ya lo suficientemente
grande con todos los otros medios de transporte en un entorno poblado
…
un veterano saboteador
marco camenisch