N. de R. reproducimos a continuación el prólogo que Ediciones Septiembre Negro escribió a la publicación del libro “Odio las mañanas”, del compañero Jean Marc Rouillan (Editorial Septiembre Negro. Primera edición marzo 2010, Santiago de $hile). En esta introducción, se habla de la vida de lucha y encierro del compañero Rouillan, y de las distintas organizaciones en las que ha militado. Y luego se reseñan las luchas (en la cárcel y en las calles) contra la prisión política en chile, desde los años 90 hasta la actualidad. Como esta nota fue escrita en marzo del año pasado, luego ocurrieron hechos que es necesario señalar: varios de los compañeros que estaban encarcelados, salieron en libertad, como Axel Osorio y Pablo y Matías, por ejemplo. Y desgraciadamente, luego vinieron duros embates de la represión, como la detención en argentina y extradición a chile del compañero Juan Aliste, y el golpe represivo y montaje mediático-judicial del 14 de agosto, donde fueron detenidos varios compañeros anarquistas y autónomos. Y muchos de ellos siguen en las garras del Estado.
Nota a la edición
“No hay otro aprendizaje que la práctica permanente de la subversión”
“Odio las mañanas” es más que un libro que describe el horror de las cárceles y su funcionamiento. Su autor conoce bastante bien esa realidad y los castigos que allí se muestran a diario. Más allá de hablar de las miserables condiciones de vida que se viven en los centros de exterminios, más allá de mostrar los castigos, sus consecuencias físicas y psicológicas. Aquí el mensaje es claro, y este, habla de una realidad concreta: La lucha y su infatigable deseo de ver destruida toda esa maquinaria de muerte llamada cárcel junto al sueño iracundo de libertad que no descansa.
Con la edición de este libro queremos rescatar la fuerza de un compañero que pese a los años tras las rejas del Estado Francés, no ha claudicado ni renegado de su pasado/presente de lucha revolucionaria. Pese a las dificultades que esto le ha traído, ha decidido mantenerse firme en sus posiciones y hacerle la guerra al Estado desde su trinchera carcelaria.
La memoria colectiva nos hace traer al presente cada instante de agitación y hermosa lucha contra las estructuras de dominación, nos hace sembrar hoy, presente y futuro de rabia transgresora, pero no sólo como recuerdo artificial sino como algo tangible, como una herramienta más para subvertir y transformar la vida de forma radical.
Se nos dice y enseña que “la historia la escriben los vencedores”, y repetir esto una y otra vez, nos hace cómplices de la autoridad y de sus intentos de acallar, poniendo cercos gigantescos alrededor de las distintas experiencias de hombres y mujeres, que a lo largo de la historia, se han hecho parte de un proyecto revolucionario que apelaba por construir una nueva forma de vida, sin explotación ni explotadores.
Muchos compañeros anónimos, entregaron sus vidas y fuerzas luchando por aniquilar el proyecto del Capital, al igual que hoy otros lo hacen, ya que la matriz central de la maquinaria es la misma, y esta, siempre intentará sepultar en el olvido toda experiencia y legado de lucha, es por eso, que hoy, desde acá, queremos contribuir al fortalecimiento de la memoria rebelde.
Jean Marc Rouillian viaja recordando con sus escritos sus experiencias pasadas (y actuales) que comienzan allí en Toulouse a finales de los 60, con esa bella explosión de fuerza y creatividad destructiva que fue Mayo del 68, atacando todas las formas en donde se desarrollaba (da) el poder, dando inicio así, a lo que se conoce como el segundo asalto proletario contra la sociedad de clases, de donde Jean Marc Rouillian es parte. Esta explosión post 68 se extendió como un germen por toda Europa y el mundo. Este, contagiado por el reguero de rebeldía, más sus cercanías con viejos militantes anarquistas que pelearon en la guerra civil en España del 36, junto a sus inquietudes, lo llevaron a ser parte de la creación de grupos con una clara orientación anticapitalista e internacionalista, dando continuidad a los viejos sueños de rebelión.
Durante los años 70 participó junto a compañeros Tolosanos y Catalanes en la formación de un pequeño grupo de agitación en su ciudad natal, Toulouse. Su nombre venia a dejar en claro las posiciones revolucionarias que de este emergían. Viva la Comuna 1871 GRUPO AUTONOMO LIBERTARIO, desde la cual llevaron diversas acciones de agitación y propaganda, tanto en la Universidad como enfrentándose a los cuerpos de seguridad del Estado, en largas jornadas de combate. Pero fue de esta pequeña pero enriquecedora experiencia que comienzan a crearse redes, amistades, complicidades con distintos grupos e individuos tanto en Francia, España y Europa. Es así como junto a varios compañeros crean y conforman el Movimiento Ibérico de Liberación.
El MIL, más que un producto de la confluencia de tendencias ideológicas, o perspectivas novedosas entre militantes de la “ultraizquierda” y jóvenes anarquistas (como el espectáculo les gusta llamar), es el resultado de la propia historia de lucha de clases. “Su aparición va unida a las grandes luchas proletarias desmitificadoras de las burocracias –reformistas o grupusculares- que quería integrar esta lucha a su programa de “partido”. Nace como grupo específico de apoyo a las luchas y fracciones del movimiento obrero más radical de Barcelona. Tiene presente en todo momento la necesidad de apoyar la lucha proletaria y su apoyo como grupo específico es material, de agitación, de propaganda, mediante el acto y la palabra.” (extracto del comunicado de autodisolución,1973)
Tras años de acciones en apoyo directo a las huelgas y grupos obreros más radicalizados, comienza un periodo de discusiones internas tendiente a superar sus acciones actuales o mejor dicho, pasar al ataque directo contras las estructuras materiales del poder. Es así como se llega a la autodisolución, dando paso a los Grupos Autónomos de Combate en distintas partes de España o los G.A.R.I. (Grupo de Acción Revolucionaria Internacionalista) en Francia, Bélgica y Holanda. “El terrorismo y el sabotaje son armas actualmente utilizables por todo revolucionario. Terrorismo mediante la palabra y el acto. Atacar al Capital y a sus fieles guardianes –sean de derechas o de izquierdas- tal es el sentido actual de los GRUPOS AUTÓNOMOS DE COMBATE que han roto con todo el viejo movimiento obrero y promueven unos criterios de acción precisos. La organización es la organización de tareas, es por ello que los grupos de base se coordinan para la acción. A partir de tales constataciones, la organización, la política, el militantismo, el moralismo, los mártires, las siglas, nuestra propia etiqueta, han pasado al viejo mundo.
Así pues, cada individuo tomará –como queda dicho- sus responsabilidades personales en la lucha revolucionaria. No hay individuos que se auto-disuelven, es la organización político-militar MIL que se auto-disuelve: es el paso a la historia lo que nos hace dejar definitivamente la prehistoria de la lucha de clases.“(extracto del comunicad de autodisolución del MIL, 1973).
Los G.A.R.I. se dan a conocer tras el secuestro del director del Banco de Bilbao en París, el 3 de mayo de 1974 en respuesta por el asesinato de Salvador Puig Antich a causa del garrote vil. Tras 19 días es liberado en los bosques de Vincennes. Con esta acción los G.A.R.I. querían llamar la atención pública, conseguir dinero y negociar la libertad de Oriol Solé Sugranyes y Josep Lluis Pons, miembros del MIL que se encontraban presos en España.
Las acciones de los G.A.R.I. tenían como finalidad llamar la atención internacional sobre los hechos que sucedían en España. Es por ello que realizaron actos de Sabotaje en las líneas de ferrocarril entre Francia y España, voladura de puentes entre España y Francia y colocación de artefactos explosivos en organismos oficiales e instituciones españolas en Francia, Holanda y Bélgica.
La represión no tardó en llegar y muchos miembros fueron encarcelados tanto en Francia como en España. Tras dicha experiencia de organización práctica, Jean Marc Rouillian junto a otros compañeros funda en 1976, ACTION DIRECTE, grupo conformado por la unión de algunos G.A.R.I. y los N.A.P.A.P. (Núcleos armados para la autonomía popular), cuyo objetivo era conseguir “coordinar político-militar al movimiento autónomo”. El grupo actúo en Francia y fue responsable de más de 50 ataques; a edificios gubernamentales, del ejército, compañías en complejos industriales-militares e, incluso, al Estado de Israel. Llevaron a cabo expropiaciones a bancos como medio de recaudar dinero. Además, dieron muerte al ingeniero René Audran, responsable de las ventas de armas del gobierno francés en 1985 y a Georges Besse, ex presidente de la automotriz Renault en 1986, responsable del despido de 5000 obreros.
Jean Marc es detenido el 21 de febrero de 1987, junto a 3 miembros de Action Directe (Nathalie Menigon, Joelle Aubron y Georges Cipriani) juntos fueron condenados a cadena perpetua.
Tras 21 años de encierro, el 26 de septiembre del 2007, un tribunal de París le concede el régimen de “semilibertad”, consiguiendo salir a la calle el 17 de diciembre, teniendo que regresar a dormir al centro carcelario. Su régimen fue denegado tras una entrevista realizada al periódico L` Express el 2 de noviembre del 2008, en la cual le plantean la pregunta sobre el arrepentimiento a su pasado, a lo cual el responde : “Tengo prohibido expresarme sobre eso… Pero el hecho de que no me exprese ya es una respuesta. Pues es evidente que si escupiese a la cara de todo lo que hicimos podría expresarme. Esta obligación de silencio nos impide también hacer un verdadero balance crítico de nuestra experiencia“.
Hoy nuevamente se encuentra encarcelado en uno de los tantos centros de exterminio, esta vez cerca de un centro Hospitalario ya que está aquejado de una extraña enfermedad como es el síndrome de Erdheim-Chester, ( Jean es el caso 186 de esta enfermedad que afecta al sistema óseo). El Estado lo encierra como forma de castigar su rebeldía, a quien no se rinde a las normas impuestas y decide no doblegarse frente a las leyes del Estado.
Este libro habla del combate, de la memoria, del recuerdo. Los escritos de un compañero que se sigue enfrentando al Estado y a los Estados, quizás con algunos años más, con algunas reflexiones teórico-prácticas pero sobre todo con el mismo anhelo irreductible de ver destruido el viejo mundo.
Por último, no podemos dejar de mencionar las maniobras que el Estado chileno intenta hacer para aislar y sepultar en la derrota a los compañeros que hacen de su vida una propaganda por el hecho y se enfrentan constantemente al Estado. Adelante compañeros!!! Mientras la represión se cuelga de la oreja de algunos compañeros, existen algunos autodefinidos anarquistas o comunistas que llaman a la disociación, a condenar todo acto de rebeldía y separarla de las luchas sociales. En esto, queremos ser claro, la historia ha sido la historia de la lucha de clases y aunque les duela, esta se ha construido a sangre y fuego, derrota tras derrota pero con el sano orgullo de los que no claudican, de los que siempre están ahí para dar la mano al que lo necesite y construir nuevas historias. Sepan señores y príncipes de la anarquía que aquí ninguna expresión del proletario en revuelta vale más que otra sino, que de estas, se va tejiendo las armas que cada uno afila para enfrentarse al Estado.
La única ideología que existe hoy, es la ideología del Capital, aunque esta tenga pseudo posiciones de radicalidad, solo nos pueden dar pinceladas de libertad. Con esto queremos decir que no son solo matices o diferencias dentro de “círculos antiautoritarios”, sino de posiciones antagónicas entre sectores que se declaran en guerra contra el Estado y por otro lado socialdemócratas disfrazados de anarquistas o comunistas, quienes lo quieran o no buscan por medio del legalismo domesticar al proletariado dentro de los márgenes del Estado. Es allí donde vemos una profunda diferencia de clase dentro de un movimiento que se dice antiautoritario.
Cada esfuerzo, cada gota de sudor va para los que no están o no pueden estar, porque se encuentran secuestrados o viajan burlando a la autoridad. Estas letras van con todo el cariño y el amor para nuestros hermanos, en especial para Mauricio Morales. Seguirás mostrando los dientes y riendo en cada gesto de los que luchan y no te olvidan. Sepas que estas ahí.
“Quienes rechazan la violencia revolucionaria minoritaria niegan con la misma inconsecuencia la violencia padecida cada día por el proletariado. El combate no está por llegar. Bajo el Capital, está aquí en todo tiempo y a toda hora”
Las luchas en las cárceles de chile, desde la década de 1990 hasta los años 2000.
Al poco tiempo de volver la democracia en 1990, tras una salida pactada entre la dictadura militar y la oposición burguesa, comienzan a caer nuevamente a las cárceles presos políticos, particularmente compañeros militantes de organizaciones político-militares, que habían decidido continuar la lucha armada (del FPMR, Mapu-Lautaro, de distintas fracciones del MIR, y de otras agrupaciones menores y escisiones). El Partido llamado comunista y el resto de la izquierda les dieron la espalda, centrándose en lograr la libertad de los presos políticos de la dictadura militar que aún estaban en prisión. Muy significativo es que la revista punto final, colocaba en cada edición el mensaje “van tantos días de democracia, y quedan tantos presos políticos”, o el P”C” levantaba una campaña por la “última presa política en la cárcel”, borrando de su propaganda cualquier alusión a los revolucionarios encarcelados ya en el gobierno de aylwin.
Estos compañeros en prisión articularon instancias como la Coordinadora de Combatientes Encarcelados, que levantó la consigna de la Cárcel Combatiente. Y en las calles fueron surgiendo distintas agrupaciones de familiares y amigos de los presos políticos, que agitaban la demanda de la libertad. Ya en esos primerísimos años de la década del 90, sectores radicales agitaban la consigna de la liberación de los prisioneros, a través de la lucha callejera y encapuchada fuera de los campus universitarios. Eran los tiempos del Cordón Macul, la Resistencia Autónoma Estudiantil, la Coordinadora Revolucionaria del Pedagógico, y otros grupos e individualidades, que en santiago y en otras ciudades luchaban por la libertad de los compañeros, y donde no sólo participaban estudiantes universitarios. Los proletarios en revuelta solidarizaban activamente con los presos de la guerra social, más allá de militar en tal grupo o compartir sus posiciones políticas (aunque a veces se caía en un apoyo a los compas, sin criticar los proyectos y los programas de sus organizaciones leninistas). Las huelgas de hambre en las cárceles, se acompañaban con luchas y propaganda en las calles, difusión de volantes y fanzines, y lo que estuviera a mano, en un plano muy minoritario. Tras 1996, se articula el Kolectivo de Prisioneros Políticos Kamina Libre, grupo de compañeros que rompieron (o fueron expulsados) del Mapu-Lautaro, y que difunde con fuerza sus posiciones fuera de las cárceles, sacando sus publicaciones, al principio entre pequeñas minorías, y luego llegando a distintas sensibilidades proletarias, como los punks, por ejemplo. El Kamina Libre en particular logró “gran repercusión en el exterior, logrando condiciones impensadas dentro del penal, existía una comunicación permanente y fluida con el exterior y la agitación era constante” (“Peste Negra”, primer semestre de 2009). A fines de los años 90 y ya en los primeros años de la década del 2000, se articulan grandes huelgas de hambre de los presos políticos, pese a sus diferencias (a veces profundas) y con apoyo y lucha en las calles, incluso con acciones directas como violentos ataques de encapuchados contra el Mac donald de Macul con Grecia en santiago, en el año 2004 ( aquí es muy decidor de las diferencias entre los presos y de la evolución de algunos ex-“revolucionarios estratégicos sin vuelta”, que el colectivo de presos del Lautaro allá condenado este ataque en plena huelga de hambre). Unos ponían toda la apuesta en la lucha, y otros en las negociaciones con el Estado.
Este ciclo de conflicto se cierra más o menos victoriosamente en 2004-2005, cuando tras marchas masivas en pleno centro de santiago y larguísimas huelgas de hambre, prácticamente todos los presos políticos salen de las malditas cárceles. Aclaremos de inmediato que nos referimos sólo a los compañeros “chilenos”, ya que en esos años ya había peñis mapuche en los calabozos del Estado racista.
No podemos cerrar esta breve reseña de la prisión política en chile en esos años, sin mencionar algunas de las acciones más audaces para liberar de las garras del Poder a los compañeros encarcelados. En 1990 un comando del Mapu Lautaro, rescata al prisionero Marco Ariel Antonioletti, abatiendo a tiros a varios gendarmes y policías que lo custodiaban en un traslado de rutina mientras estaba en un hospital. En la acción, fue gravemente herida por la policía la compañera Marcela Rodríguez. Desgraciadamente, el compañero Antonioletti fue asesinado por los ratis por una delación del sapo miserable que lo tenía en su casa, un tal Juan Carvajal, quien ha tenido importantes cargos en la división de organizaciones sociales durante el gobierno de la milica socialfascista bachelet. Y en 1996, un puñado de compañeros de una fracción del FPMR fueron rescatados de la Cárcel de Alta Seguridad en un helicóptero, en una impresionante acción que remeció al gobierno de eduardo frei. (En este inolvidable golpe de audacia, fue liberado el compañero Mauricio Hernández Norambuena, quien continuó luchando en otras latitudes y hoy está preso en Brasil, en las mazmorras del gobierno del presidente obrero lula). Hubo otros episodios, motines y frustrados planes de fuga con apoyo externo. Y por más que nos duela, no debemos olvidar duros episodios de represión, como el asesinato de varios militantes rodriguistas en la ex-Penitenciaría, tras un frustrado intento de fuga (y pensar que hay estalinistas que apoyan las movilizaciones y demandas de los carceleros de gendarmería, cuerpo uniformado de asesinos y torturadores, que controlan y gestionan las cárceles llenas hasta el tope de proletarios). No debemos olvidar tampoco los traslados masivos de presos desde distintos penales a la naciente Cárcel de Alta Seguridad, joya de la ingeniería represiva y del intento de aniquilar la rebelión, por parte de los gobiernos democráticos. En esta misma CAS, en 1999 se da un ataque masivo contra los presos políticos por parte de fuerzas especiales y antimotines policiales y de gendarmería, con golpizas masivas en los patios, arengas delirantes de los oficiales sobre la derrota de los revolucionarios, humillaciones y torturas.
La continuidad de las luchas anticarcelarias en la actualidad.
En los últimos años, las cárceles –sobrepoblados de miles de presos comunes, gracias a la política de prisiones llenas de los gobiernos de la concertación- han vuelto a ver la caída entre los barrotes de presos políticos. Sin olvidar ni por un momento a los prisioneros mapuche, ya son varios los compañeros que caen a la cárcel por sus posiciones políticas, y por ser coherentes con sus discursos. Primero que nada, digamos unas palabras sobre los peñi en prisión. El llamado conflicto mapuche por la prensa, se ha ido agudizando en las últimas décadas. Muchas comunidades indígenas mapuche han emprendido campañas de recuperación de sus tierras, no se han sentado a esperar que el Estado racista les venda o les de tierras. Se las han expropiado directamente a grandes latifundistas o empresas forestales, desatando una campaña de terrorismo de estado masivo en la novena y décima regiones del país. Criminalización de las organizaciones y comunidades, represión abierta contra hombres, mujeres, ancianos y niños, ataques militares contra sus poblados, tortura, asesinatos y cárcel, parecen ser la solución final del Estado chileno al conflicto. En las cárceles de distintas partes de chile, decenas de presos políticos mapuche han dado con sus huesos en prisión.
Por otra parte, y sobre todo tras el asalto al banco security en el año 2007, donde fue ajusticiado un paco, se ha montado una verdadera campaña de hostigamiento contra los ex-presos políticos. Del asalto fueron acusados por el gobierno y la prensa tres ex-prisioneros (Marcelo Villarroel, Juan Aliste y Cristian Gutiérrez, los tres ex-lautarinos, además Marcelo fue miembro activo del Kolectivo Kamina Libre), el mirista Freddy Fuentevilla y un delincuente común. Los acusados denunciaron un montaje mediático-policial, y con hechos demostraron su decisión de no entregarse a la justicia (pese a la invitación de algunos intelectuales progres, como Gabriel Salazar, para que se entregaran). Freddy y Marcelo lograron fugarse a argentina, pero luego fueron detenidos en ese país (2008), y hoy están en las cárceles de chile, tras haber sido expulsados y extraditados desde argentina. Por supuesto que nuestro discurso no es que por culpa de acciones de compañeros irreductibles, se desata la represión, pues el estado de guerra de la burguesía contra los explotados es permanente y no necesita de excusas. Tras la fuga y detención de los compañeros en argentina, algunos ex-presos políticos fueron detenidos, pero afortunadamente fueron liberados posteriormente.
Por otra parte, hoy varios compañeros anarquistas han sido detenidos, por medio de montajes realizados para mostrar eficiencia en lo que en la neolengua del Estado y sus medios de prensa se conoce como el “caso bombas” o los bombazos: decenas de acciones directas violentas que han ocurrido en los últimos años en santiago y otras ciudades, contra bancos, organismos policiales, de gobierno, canales de televisión y distintos símbolos de la bestia capitalista. Compañeros como Cristian Cancino (quien fue arrestado tras la muerte en combate del compañero Mauricio Morales) están detenidos, acusados por el caso bombas; Matías Castro y Pablo Carvajal están acusados por un ataque a un cuartel de la policía de investigaciones; Axel Osorio acusado por complicidad en el caso del banco security, por nombrar algunos. Cuando decimos que los compañeros están detenidos por montajes, no los estamos victimizando, sino simplemente afirmando que el Estado y su maquinaria represiva han estado urdiendo burdas maniobras para fabricar y detener “culpables” que exhibir ante los medios de comunicación. Frente a estas mentiras y montajes, algunos “anarquistas” respetables, han tratado de separar aguas públicamente de los sectores insurreccionalistas y antiautoritarios, disociándose de esas posiciones. Con esto, han exhibido aún más toda su miseria.
Al hablar de la prisión política en el hoy, no podemos olvidar a ex–presas políticas como Flora Pávez, nuevamente encarcelada, o a combatientes que tras la verdadera desarticulación de las organizaciones armadas en las que militaban, se dedicaron a realizar asaltos, expropiaciones, para sobrevivir , y que hoy están presos.
En las calles, se han tratado de levantar iniciativas para luchar por la libertad de los presos políticos: coordinaciones por los presos políticos, apoyo a las luchas de los mapuche, apoyos y solidaridad concreta con tal y tal prisionero. No debemos obviar las dificultades por las que se atraviesa, la falta de un discurso claro por parte de algunos compañeros encarcelados, la falta de iniciativas comunes, la falta de una red (formal o informal) mínimamente coordinad para apoyar a los prisioneros afuera de las cárceles, no tener un discurso claro hacia los miles de presos comunes, etcétera.
Pero también hay que reconocer los pasos concretos que se han dado en el combate por la libertad: la jornada internacional de solidaridad por Freddy y Marcelo (septiembre 2009), cuando aún estaban presos en argentina. O más recientemente, la Semana Internacional de agitación y presión solidaria con los compañeros secuestrados por el estado chileno, en noviembre, y la Huelga de Hambre Internacional del 20 de diciembre al 1 de enero, convocada por el compañero Gabriel Pombo Da Silva, encerrado en alemania. Estas últimas jornadas y campañas internacionales, que se han desarrollado dentro y fuera de las cárceles y en varios países, han estado cargadas de un fuerte componente anticapitalista e internacionalista que no podemos dejar de subrayar.
Descargar el libro aquí:
http://www.hommodolars.org/web/IMG/pdf/odiolasmananas.pdf