fuente: pagina12.com.ar
“El anarquismo en el tango es algo que se quiso ocultar”
Bajo el lema “El tango no se clausura”, la República de La Boca será escenario hasta el domingo de un festival que busca echar luz sobre el pasado y a la vez iluminar el presente. Habrá mucha música, pero también charlas, muestras y kermeses.
Tango y anarquismo. Lo urgente es que Pablo Bernaba, bandoneonista y talentoso compositor –nueva camada– del Quinteto Negro La Boca, y Osvaldo Bayer tradujeron a Severino Di Giovanni en una milonga. Y la estrenarán en el marco de un festival con connotaciones que vienen al caso: por un lado, una toma de posición firme frente a las clausuras sistemáticas que la gestión de Mauricio Macri está ejerciendo sobre los lugares donde se toca música en vivo para bolsillos trabajadores. Por otro, la concreción del festival en el barrio donde todo se cruzó, y aún se cruza: el tango, el puerto, el anarquismo, la inmigración, la cultura, el arte y, sintomáticamente, el club más popular del país donde el hombre-clausura comenzó su meteórica carrera hacia el poder. “El gobierno de Macri se empecinó en cerrar especialmente los lugares de tango para los sectores populares. Por eso, la consigna es ‘El tango no se clausura’. De repente, todo empezó a encajar ¿no?… Boca, los inmigrantes, el tango, los anarquistas, el crisol, la cultura popular y la pretensión de destruirla en el mismo lugar”, principia Bernaba sobre las coordenadas centrales del 1º Festival de Tango en la República de La Boca, donde hasta el domingo confluirán –libre y gratis– el Quinteto Negro La Boca, María Volonté, Gabriela Elena Trío, la Orquesta Típica La Vidú, Los Borquéz, Dema y la Orquesta Petitera, Juan Vattuone, la Orquesta Típica Esquina Sur y el Alan Haksten Grupp, entre otros (ver programación completa y sedes aparte) con milongas, kermeses, muestras y charlas-debate, como la que darán el mismo Bayer y Javier Campos, el domingo a las 16, bajo el nombre “Tango y anarquismo”. “Después vamos a tocar la milonga de Severino con el Quinteto y Alejandro Guyot, de 34 Puñaladas, en voz”, informa el músico.
–¿De quién partió la idea de hacerle una milonga a Severino Di Giovanni?
Pablo Bernaba: –Bueno, el libro que Osvaldo escribió sobre él ha abarcado a una generación, o a varias ya, en tanto conocimiento de este personaje que yo y muchos otros hemos aprendido a querer a través de esa obra. En mi rol de músico, en mi accionar estético-político, me pareció un gran gesto homenajearlo y obviamente lo apropiado fue que Osvaldo le pusiera la letra, y él se prestó de muy buena gana. Me pasó primero un par de bocetos para el formato tango que yo había pensado en principio, porque la idea era que la letra me llevara a la música y no al revés. Me pasó un par de letras, empecé a estudiar los ritmos que más utilizaban los anarquistas de principio de siglo para sus composiciones, y me encontré con que la milonga era lo más apropiado. Y devino milonga.
Osvaldo Bayer: –Lo que pasa es que la milonga era lo que más les gustaba a los anarquistas, les gustaba mucho más que el tango, y lo que tuvimos que hacer nosotros fue acomodar eso. Yo escribí algo, nos juntamos varias veces para calcular las sílabas, tratar de que encajaran con las melodías y salió.
–¿Es su debut como “compositor”? ¿Se puede hablar de un Bayer letrista de tangos y milongas ya?
O. B.: –(Se ríe, piensa.) Mire, tengo 83 años y he hecho tantas cosas en la vida que no me acuerdo, pero creo que es la primera vez que compongo una letra. Lo que sí hice fue una canción a los peones fusilados en la Patagonia, pero después vino el exilio, tuve que dejar todos los papeles acá y se perdieron. Igual, con los famosos tangueros Homero y Virgilio Expósito hice un disco con todas las canciones históricas anarquistas, que realmente tuvo muchísima salida, y aún se sigue vendiendo. Es el disco que tiene el relato de Héctor Alterio, con música tomada de viejas grabaciones o grabadas de nuevo a través de viejos payadores, porque a los anarquistas les gustaba mucho la payada, también.
–¿Cuál fue su participación en esa obra, entonces? Porque acaba de decir que el debut fue con el texto de Severino…
–La cosa histórica, el relato que después narra Alterio. Fui uniendo el tango con las marchas anarquistas, los cantos criollos y las payadas. Los coloqué en época. Ese disco se llamó Viva la anarquía y se editó en 1974… Es un material que está en la FLA (Federación Libertaria Argentina), allí se puede conseguir.
P. B.: –Osvaldo echa luz sobre esto y está bien, porque no son letras masivas, ni son las que quedaron en el tango. Es una historia no contada pero que existió, y se reescribe todos los días. Estamos reflotando aquello que quedó y, además, agregándole nuevos sentidos desde la producción al tango libertario.
Libertario y visceral, en el caso de la milonga inédita que Bayer muere por escuchar. “Tocala, che, dale”, le insiste al joven bandoneonista que, indubitable, se niega automáticamente. “No, no hay nadie que la cante”, responde. Y aumenta la ansiedad del historiador. La secuencia es en su casa de Monroe y Arcos, que su amigo Osvaldo Soriano bautizó como “El Tugurio” –así lo indica un cartel en la puerta de entrada–, y lo que sí aparece es el texto, un mensaje de pluma y fuego que habla de Di Giovanni como “aquel héroe olvidado” de quien el pueblo su muerte lloró. De su amor por América Scarfó y del tirano que lo mató. Directo. “¡Qué lío se va a armar cuando se difunda!”, augura Bernaba. “Pongo un ejemplo, yo hice un homenaje al Che (“Tango para Guevara”), que no lo pasan en la 2 por 4, e incluso me han puteado por Facebook porque aparentemente no se puede meter la política en el tango.” “No creo que se arme lío”, tercia Bayer. “La historia de Severino es muy vieja, y la gente lo desconoce.” “Sí –vuelve Bernaba–, pero en el tema está la palabra dinamita (risas), ¡dinamita y corazón! y ésa no se escapa. Ahora un poco está cambiando, pero el público del tango es muy reaccionario.”
–¿Cuáles van a ser los ejes de la charla, más allá de la impronta de Severino y el estreno de su milonga?
O. B.: –Voy a meter al público en época, porque hoy muy pocos saben lo que es el anarquismo, ¿no? La importancia que tuvieron los anarquistas en La Boca, cómo estaban organizados, cuáles eran las diferencias con los socialistas y, después del ’19, con el comunismo. También, cómo se organizaron las sociedades obreras de oficios varios… En fin, un panorama general con la cultura anarquista incluida, porque en los locales siempre había lugar para una biblioteca, lugar para obras de teatro y para las asambleas. Los anarquistas eran tipos muy populares, tanto es así que al principio, cuando la gente empezó a jugar al fútbol, ellos decían que era un juego estúpido de once idiotas corriendo un objeto redondo (risas), pero después, cuando se dieron cuenta de que los curas agarraron la pelota y hacían jugar a los pibes en el atrio de las iglesias, cayeron en que había que hacer algo, y entonces crearon el club Mártires de Chicago, que hoy es Argentinos Juniors… ¿qué paradoja, no?
–Hubo un cambio de sentido…
O. B.: –Fue porque otros agarraron la mano en el club y quisieron decir “miren que no somos anarquistas, somos argentinos” (risas). Pero lo central es que los anarquistas no sólo se metieron en el fútbol sino también en la música popular, y no solamente en las marchas… También eran muy amigos de las payadas criollas. Tenían payadores que cantaban sobre los problemas obreros. Antes de las asambleas, siempre había un criollo que hablaba de la razón de la huelga. Era precioso. Acá tengo un cancionero anarquista con poemas de Evaristo Carriego, Ricardo Gutiérrez y muchos otros dedicados no solamente a inmigrantes, sino a criollos muertos o presos con nombres inconfundibles: Zoilo, Toribio.
–En términos de tango o música popular, es claro que la impronta libertaria no fue lo que la industria tomó como paradigma ni mucho menos. Si hay algo con lo que no se identifica al tango es con las ideas anarquistas, precisamente.
O. B.: –Porque los grandes poetas no escribían con un idioma de batalla, digamos. Eran existencialistas, hablaban de la mujer, esas cosas.
P. B.: –Igual, muchos de los que escribían, de los grandes poetas como los hermanos Expósito, tenían padres anarquistas. Incluso hicieron un tema que se llama “Guerra a la burguesía”, pero claro, la obra más conocida de Virgilio siempre va a ser “Naranjo en flor”. En la historia siempre queda algo, que es lo que se toma, y parece que del resto no hubiese nada, pero la producción tanguera de la época era tan popular, tan de autores anónimos y tango amateur que el anarquismo no podía quedar de lado. El tema es que se ocultó, o se iluminó otra parte. Por eso es importante hacer foco en esto, y creo que este festival, por el lugar donde se hace y por su consigna, es el ámbito clave para encender ese foco.