6/6/2010
Con tan solo echar un vistazo a nuestro alrededor, vemos que vivimos y
respiramos cárcel, nacemos ya encadenados y condenados a llevar una miserable eixstencia
vacía y sometida al control de un Sistema de dominio que esclaviza y se
alimenta de nuestras vidas, y cuya mejor arma para combatir cualquier
tipo de disidencia es la propia institución
penitenciaria, encargada de sembrar el miedo al quebranto de sus
leyes o al enfrentamiento del orden.
Hecha para todx aquel que no se someta, para aquellxs que, de una manera
consciente o inconsciente, evidencien las mismas miserias que el
propio Sistema crea, es uno de los pilares más
fuertes sobre el que se sustenta. Hoy, además,
es un negocio muy rentable.
La cárcel es una de las más crueles venganzas del poder, es el castigo. En ella las injusticias y
os abusos abundan de tal manera que se hace evidente la brutal
pretensión de destruir la persona. Allí
todo está pensado para aniquilar, para crear una simple
subsistencia, para hcer sentir la soledad más intensa, para
alejar, para borrar los sueños y recuerdos, que se perderán
en el tiempo, para aquellxs cuya mente y voz no consigan traspasar
esos muros, a lxs que la rutina y la costumbre logre atrapar algo más
que su cuerpo. Es entonces cuando el apoyo y la solidaridad ha de
hacerse visible y saltar, romper el hormigón y la fría
reja, no dejando que silencien esas voces.
A veces, al hablar de Represión asumimos una postura victimista
que nos impide ver la realidad, y esta no es otra que la de
encontrarnos inmersos en una guerra abierta en la que la represión
no es más que la respuesta de este Sistema ante cualquier tipo
de ataque a sus estructuras, esta pretende frenarnos, y es por ello
que debemos asumir en todo momento esta situación de conflicto
y continuar luchando.
La lucha contra la cárcel nos concierne a todxs, a quienes
queremos retomar el control de nuestras vidas, a los que nos negamos
a que se apague la luz de nuestros días, a lxs que no queremos
vernos convertidos en una pieza de sus mentiras, a lxs que nos
resistimos a perpetuar por más tiempo el silencio de una
sociedad que se hace cómplice de todo aquello que pretende
robarnos la vida y nos oprime.
En cada día, con cada gesto, a cada momento, tenemos la
oportunidad de conquistar nuestra libertad.
Un abrazo lleno de rebeldía, libertad y complicidad para todxs.
Toda la fuerza, ánimo, apoyo y solidaridad para Alfons, Nuria,
Rodri, Gabriel, Marco, Juan Carlos, Diego y tantxs otrxs compas
que luchan y que han sufrido y sufren las consecuencias de la
represión; para que sus gritos no sean apagados ni sus
corazones rebeldes olvidados.
Mi más profundo desprecio y odio a nuestros verdugos. No os será fácil vencernos.
¡ABAJO LOS MUROS!
Tamara.